
El viejo Miseria.
Jesucristo iba predicando por el mundo, acompañado por un discípulo; cuando a su caballo se le salió una herradura, necesitó un herrero, conociendo así al Viejo Miseria.
Una vez puesta la herradura, Jesucristo le dijo que no tenia dinero para pagarle, a cambio le concedía tres deseos; Miseria no le creyó. El discípulo le dijo al herrero que pida la vida eterna; como este era escéptico, le pidió que nadie se levante de su silla sin su permiso, Jesús se lo concedió, diciéndole: -te quedan dos deseos- el discípulo volvió a aconsejarle que pida la vida eterna; Miseria volvió a desoirlo y pidió que nadie se baje de su higuera sin su permiso, sólo le quedaba un deseo al herrero y ya nervioso el discípulo volvió a decirle que pida la vida eterna, el terco hombre siguió en su postura y pidió que nadie salga de su tabaquera sin su permiso. Jesús concedió su último deseo y se marchó.
Miseria no le dio importancia a lo ocurrido hasta que un día un conocido de él fue a su casa y al querer irse vio con asombro que el hombre no pudo levantarse de su silla sino hasta que él no lo autorizó. Miseria se enojo consigo mismo y exclamó que daría su alma al diablo por veinte años de lujo y placeres. Ni bien terminó de decir esto el mismísimo Diablo se le apareció ante sus ojos y cerraron el trato propuesto por el desdichado herrero.
Pasado el período de tiempo el Diablo mandó a dos representantes a buscar a Miseria, este los recibió muy amable y los invitó a entrar a su casa y que tomen asiento. El viejo herrero empezó a reirse sin parar, los dos representantes del infierno se miraron sorprendidos y Miseria les dijo que si querían levantarse de su silla tendrán que darle veinte años mas de lujos y placeres, estos lo consultaron con Satanás y accedieron a veinte años mas.
Cumplido el plazo el Diablo volvió a mandar a dos emisarios con la advertencia de la astucia de este personaje y que no acepten la invitación de sentarse en su silla. Miseria volvió a recibir con amabilidad a quienes venían a buscar su alma, invitándolos a pasar a su casa y sentarse cómodos, esto no fu
e aceptado entonces el viejo herrero les dijo que podían comer todos los higos que quisieran ya que él no iba a estar mas en este mundo. Una vez mas hechó a reir desaforadamente obligándolos a darle veinte años mas de lujos y placeres, lo cual fue concedido.
Dos décadas después el Diablo en persona fue a buscar a Miseria advirtiéndole que no haga ningún truco y que le entregue su alma. El viejo desafió a este diciéndole que el no era mas poderoso que Dios, esto irrito a Satanás, y le pidió que le demuestre su poder; el Diablo cayó en la trampa cuando aceptó el pedido de Miseria de convertir todo el infierno en una hormiga y meterlo dentro de su tabaquera.
Dios le pidió a Miseria que libere al Diablo. Este lo hizo con la condición de tener veinte años mas de lujos y placeres, al ser concedido Satanás con todo su infierno corrió despavorido.
A los veinte años nadie fue a buscar a Miseria y este murió de viejo.
Probó entrar en el Cielo, pero le fue denegado. Probó en el infierno, ni bien abrieron la puerta y lo vieron, la cerraron de golpe negándole la entrada. Miseria volvió a la Tierra para quedarse.
Jesucristo iba predicando por el mundo, acompañado por un discípulo; cuando a su caballo se le salió una herradura, necesitó un herrero, conociendo así al Viejo Miseria.
Una vez puesta la herradura, Jesucristo le dijo que no tenia dinero para pagarle, a cambio le concedía tres deseos; Miseria no le creyó. El discípulo le dijo al herrero que pida la vida eterna; como este era escéptico, le pidió que nadie se levante de su silla sin su permiso, Jesús se lo concedió, diciéndole: -te quedan dos deseos- el discípulo volvió a aconsejarle que pida la vida eterna; Miseria volvió a desoirlo y pidió que nadie se baje de su higuera sin su permiso, sólo le quedaba un deseo al herrero y ya nervioso el discípulo volvió a decirle que pida la vida eterna, el terco hombre siguió en su postura y pidió que nadie salga de su tabaquera sin su permiso. Jesús concedió su último deseo y se marchó.
Miseria no le dio importancia a lo ocurrido hasta que un día un conocido de él fue a su casa y al querer irse vio con asombro que el hombre no pudo levantarse de su silla sino hasta que él no lo autorizó. Miseria se enojo consigo mismo y exclamó que daría su alma al diablo por veinte años de lujo y placeres. Ni bien terminó de decir esto el mismísimo Diablo se le apareció ante sus ojos y cerraron el trato propuesto por el desdichado herrero.
Pasado el período de tiempo el Diablo mandó a dos representantes a buscar a Miseria, este los recibió muy amable y los invitó a entrar a su casa y que tomen asiento. El viejo herrero empezó a reirse sin parar, los dos representantes del infierno se miraron sorprendidos y Miseria les dijo que si querían levantarse de su silla tendrán que darle veinte años mas de lujos y placeres, estos lo consultaron con Satanás y accedieron a veinte años mas.
Cumplido el plazo el Diablo volvió a mandar a dos emisarios con la advertencia de la astucia de este personaje y que no acepten la invitación de sentarse en su silla. Miseria volvió a recibir con amabilidad a quienes venían a buscar su alma, invitándolos a pasar a su casa y sentarse cómodos, esto no fu

Dos décadas después el Diablo en persona fue a buscar a Miseria advirtiéndole que no haga ningún truco y que le entregue su alma. El viejo desafió a este diciéndole que el no era mas poderoso que Dios, esto irrito a Satanás, y le pidió que le demuestre su poder; el Diablo cayó en la trampa cuando aceptó el pedido de Miseria de convertir todo el infierno en una hormiga y meterlo dentro de su tabaquera.
Dios le pidió a Miseria que libere al Diablo. Este lo hizo con la condición de tener veinte años mas de lujos y placeres, al ser concedido Satanás con todo su infierno corrió despavorido.
A los veinte años nadie fue a buscar a Miseria y este murió de viejo.
Probó entrar en el Cielo, pero le fue denegado. Probó en el infierno, ni bien abrieron la puerta y lo vieron, la cerraron de golpe negándole la entrada. Miseria volvió a la Tierra para quedarse.
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